La tormenta en el mar de Galilea | Rembrandt | 1633

Andrés Arévalo 13 Nov 2020
mar galilea

Ha sido un día intenso. Todos los días con Él son así. Tiene esa bendita capacidad de aprovechar cada segundo del día. No sólo eso, los disfruta. Mientras pienso esto vuelvo a la realidad cuando nos invita a ir al otro lado del lago. ¡Tendrías que ver lo precioso que son los atardeceres por acá! Es tanta la tranquilidad que el Maestro aprovecha a dormir.

De un momento a otro nubes grises. Tormenta y olas feroces. Nuestra barca se empieza a llenar de agua y entro en desesperación. Miro a mis compañeros sin encontrar respuestas. Ni siquiera los pescadores saben que hacer. Siento morir. No veo muchas chances. Me lleno de preguntas. De pronto lo veo durmiendo. La confusión se transforma en enojo. Él nos dijo que crucemos. Es su culpa. Todo lo que atino a hacer es gritarle irrespetuosamente: 'Maestro, ¿no te importa que me ahogue?' Se me escapó pero es tarde, lo desperté. Me mira. Mira las olas. El viento lo despeina. 'Silencio, ¡te callas!' Lo que pasó después solo se puede describir como paz. Todo volvió a la calma. Me mira de nuevo: '¿Por qué tenes miedo? ¿Todavía no confías en mí?' Esas palabras atraviesan mi corazón. ¿Quién es este hombre? Necesito conocerlo más.

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Andrés Arévalo

Amo las intersecciones entre la Biblia y el arte
No hay nada como la mejor historia.